Nuestra visión
"Ofrecemos los sistemas de motores con más éxito en el mundo" – esta es nuestra visión. En 1864 DEUTZ fue el primer fabricante de motores en el mundo y en el futuro también queremos seguir siendo el primero.
El primero en cuanto a la calidad y la tecnología, en la utilidad para el cliente, así como para soluciones de sistema y de servicios en torno al motor – e igualmente primero en el mercado.
Como proveedor-líder independiente en el segmento de calidad superior queremos ser el impulsor de innovaciones en tecnologías apropiadas para el mercado. Queremos ofrecer a nuestros clientes no sólo motores, sino también soluciones de sistemas completos y amplias prestaciones de post-venta.
La marca DEUTZ tiene que ser un sinónimo de calidad también en el futuro y con nuestros productos y servicios queremos ofrecer a nuestros clientes la mejor relación de coste-beneficio y asegurarles la máxima satisfacción.
Nuestra misión
Desde su fundación en 1864, DEUTZ es un sinónimo para espíritu de vanguardia, pasión y fuerza innovadora.
Desde que hemos inventado el motor de combustión interna nuestro objetivo es mejorarlo día a día.
Somos pioneros en el desarrollo de tecnologías de propulsión filoambientales y eficaces. Nuestras soluciones, específicas para cada cliente, ofrecen constantemente una alta calidad y un rendimiento fiable y rentable.
Junto con nuestros socios y proveedores, ya estamos desarrollando las tecnologías para las exigencias futuras.
Fijamos estándares y construimos el futuro.
Los principios de nuestra empresa
Las innovaciones marcaron la historia de más de 140 años de la empresa DEUTZ ya que nuestra pasión es el desarrollo de tecnologías orientadas hacia el futuro.
Empresas innovadoras fijan los estándares tecnológicos del futuro, impulsan el progreso, hacen posible un crecimiento beneficioso y son el mejor argumento para inversores.
Las innovaciones significan renovación. Provocan que la plantilla tenga entusiasmo y esté dispuesta a asumir cambios, creando así las bases para las ideas del mañana.
Hoy, la búsqueda de innovaciones es uno de los valores fundamentales que guían nuestras actividades cotidianas. Nos concentramos en nuestros productos y servicios, que siempre seguimos desarrollando, pero también en nuestros procesos y en nuestra organización que sometemos a mejoras continuas. Trabajando conjuntamente con nuestros clientes y proveedores surgen soluciones sólidas y duraderas que nos acercan un paso más a nuestra visión.
Desde siempre la calidad ha estado muy vinculada con la marca DEUTZ. Entendemos la calidad como hacer algo correctamente en el momento justo, en lugar de subsanar fallos a posteriori.
Para nosotros calidad es el cumplimiento de las exigencias definidas para los productos, los servicios y los procesos en el sentido de una gestión de calidad completa. Este "Total Quality Management" (TQM) no termina a las puertas de nuestras fábricas, sino que seguimos ocupándonos también intensamente con la calidad de nuestros proveedores y distribuidores.
Así, la calidad proverbial de DEUTZ ha llegado a ser uno de los factores más relevantes en la obtención y fidelización de clientes.
El éxito es nuestro motor. El liderazgo en calidad, tecnología y mercado, sin olvidar la profitabilidad duradera, son los objetivos que tratamos de alcanzar.
Por eso fuimos conscientes casi desde los inicios de una cosa: El éxito de nuestros clientes es nuestro éxito. Pero, a su vez, nuestro éxito está estrechamente ligado al éxito de nuestro personal.
Por esto apoyamos a nuestro personal para que tenga éxito: Con una formación consolidada y con procesos directos y eficaces. Porque, en definitiva, el éxito es el mejor motivador para nuestro personal, nuestros proveedores, nuestros clientes e inversores y asegura nuestro futuro como fabricante independiente de sistemas de motores.
La confianza es la base de todas las relaciones comerciales. Tanto nuestros clientes como nuestros inversores deben poder confiar en nosotros.
Por eso trabajamos intensamente: para que nuestros productos sean fiables, nuestros procesos estables y para que nuestra empresa esté preparada para el futuro así como nosotros mismos.
Para que logremos todo esto, tenemos que poder tener confianza también: en las condiciones legales marco de nuestra economía, en la calidad de nuestros proveedores y en la competencia y el sentido de la responsabilidad de nuestra plantilla.
Porque confianza no significa dejar las cosas al azar, sino investigar, verificar y preguntar hasta que los riesgos sean calculables.
Asumimos responsabilidad: de nuestras decisiones, de nuestros actos, de nuestros productos y servicios – frente a nuestros clientes e inversores, frente al medio ambiente y ante la sociedad en la que vivimos.
Asumir responsabilidad significa para cada uno de nosotros evaluar cuidadosamente las consecuencias de nuestros propios actos, cuidar los recursos siempre que se pueda y cumplir leyes y reglamentos, porque "Compliance" no es un término desconocido para nosotros, sino hilo conductor de nuestro trabajo cotidiano.
Pero asumir responsabilidad significa también hacer responsables a todos los que trabajan para y con nosotros: a nuestros distribuidores al igual que a nuestros proveedores.
Nuestros principios de dirección y de colaboración
Trabajar eficazmente presupone un intercambio de informaciones, apropiado para cada situación, entre directivos, empleadas y empleados así como con colegas.
La información es al mismo tiempo un derecho y una obligación para todos los participantes.
Una buena comunicación debe contener lo esencial, dirigirse al destinatario correcto y transmitirse por ambas partes por canales adecuados, independientemente de que se realice desde niveles jerárquicos diferentes.
Para asegurar una orientación común por objetivos conviene tanto a los directivos como a los colaboradores coordinar los objetivos por encima de funciones y áreas.
Objetivos individuales se deducen de objetivos superiores y se acuerdan entre el directivo y sus empleados para un periodo definido.
Para alcanzar los objetivos, los empleados trabajan en gran parte de forma autónoma, pero están apoyados por los directivos con indicaciones de plazos y objetivos intermedios y, en caso necesario, reciben ayudas para alcanzar eficazmente sus objetivos.
Delegar responsabilidades sólo es posible si existe confianza. Por esto, los directivos y la plantilla deben trabajar constantemente, para consolidar la cultura de confianza en la empresa.
Cada empleado ha de saber cuáles son las decisiones que puede tomar de forma autónoma y qué responsabilidad va unida a ello.
Esto requiere también la predisposición para tomar decisiones con responsabilidad propia y así permitir acciones rápidas y eficaces.
Las reuniones de feedback con el personal son un instrumento de dirección importante.
Sus calidades de liderazgo, su rendimiento así como el alcance de los objetivos acordados se evalúa regularmente por los directivos y los resultados se comunican en reuniones.
En el marco de estas reuniones hay que hablar abiertamente y de forma justa de elogios, problemas y obstáculos para evaluar la situación actual y alcanzar mejoras continuas.
De igual manera, los directivos deberían pedir opinión a sus colegas y a su personal, para poder deducir mejoras a su vez.
La calidad de nuestra empresa es tan buena como lo es el personal que la compone.
Una de las tareas más importantes de los directivos es, por consiguiente, perfeccionar al personal tanto a nivel personal como profesionalmente conforme a sus capacidades y rendimientos.
Esto se hace tanto por transferencia de tareas responsables como también por medidas apropiadas para el desarrollo del personal. Condición previa para ello es la predisposición de querer aumentar el abanico de sus prestaciones constantemente.
Cuando un empleado acepta actividades superiores o más responsabilidad dentro de la empresa, esto se entiende también como confirmación de un trabajo de dirección exitoso.
Nuestra cultura empresarial está marcada por el respeto de diferentes valores culturales y la defensa de la igualdad de oportunidades para todos los trabajadores, independientemente de su sexo, su edad, su raza, su orientación sexual o una posible minusvalidez.
Las ideas políticas y religiosas de nuestro personal se respetan, siempre y cuando se basen en principios democráticos y en tolerancia con personas con opiniones diferentes.